
Puntos clave
- La COVID-19 es una infección transmitida por el virus SARS-CoV-2 que, en mayo de 2020, había infectado a más de 5 millones de personas en el mundo y causado probablemente la muerte a más de 325.000 personas.
- A 18 de mayo, España presentaba la mayor tasa de casos por millón de habitantes y la segunda mayor tasa de muertos por millón de habitantes después de Bélgica.
- Existe una relación directa entre la gravedad del cuadro y factores como la edad, la presencia de enfermedades concomitantes, o ambas.
- El contagio se puede producir hasta 5 días antes del inicio de los síntomas: en un 44% de los casos secundarios, el contagio se produjo en la fase presintomática de los casos, lo que justificaría la rápida transmisibilidad del virus.
- Se desconoce cuánta gente está infectada, recuperada, y qué nivel de inmunidad a la reinfección tienen los infectados.
- Aunque los síntomas más frecuentes reportados en España son fiebre, tos, disnea, dolor de garganta, escalofríos y diarrea, la forma de presentación en Atención Primaria (AP) puede ser diferente y mucho más variada.
- Un 43,3% de los casos positivos en España fueron hospitalizados y un 5,2% ingresaron en unidades de cuidados intensivos (UCI).
- Se estima que la AP pudo haber atendido cerca de un millón de casos sospechosos de COVID-19 a principios de abril.
- Las respuestas globales han oscilado entre la mitigación y la supresión, en función de la intensidad del confinamiento. Un tercio de la población mundial ha sufrido algún tipo de cuarentena. No existe evidencia sólida de qué alternativa reduce más la letalidad.
- El comportamiento de la pandemia en España presenta dos características relevantes: el carácter principalmente nosocomial (dos tercios de las muertes se produjeron en residencias) y el papel en la transmisión de la enfermedad que han podido desempeñar los propios profesionales sanitarios por falta de medidas de protección adecuadas (más de un 25% de los casos notificados).
- La mayoría de los países han reforzado la respuesta hospitalaria. La Atención Primaria de Salud (APS) ha tenido una participación variable; las medidas organizativas implantadas en ella han sido bastante similares: evitar el contacto presencial potenciando la atención a distancia y di-ferenciar la atención a pacientes COVID-19 de otros pacientes.
- Según datos preliminares, la mortalidad fue menor en regiones con enfoque comunitario (Véneto) que en otras con enfoque hospitalario (Lombardía).
- La pandemia de la COVID-19 plantea al menos cinco grandes desafíos en la atención sanitaria de los próximos años: posible rebrote o nueva pandemia, secuelas, desatención a otros problemas, rediseño de atención a residencias, efectos sobre la salud mental y consecuencias socioeconómicas (con pobreza).
- Son posibles tres respuestas: mantener el statu quo, invertir en atención hospitalaria fortaleciendo unidades específicas COVID-19, optar por un modelo centrado y dirigido desde la APS (podría ser la opción más efectiva y eficiente).