“Existen barreras estructurales, prácticas sutiles (no reconocidas) de discriminación, desventajas acumuladas, presencia de ‘guardianes de la puerta’ en la financiación de la investigación y dinámicas ocultas de poder que gobiernan el acceso a posiciones de élite”, enumera María del Mar García Calvente, de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
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