«Hasta el momento no hay la suficiente evidencia ni a favor ni en contra de los aspersores de agua, y en consecuencia las guías y normas emitidas por la OMS y por el Centro Europeo de Control de Enfermedades no formulan recomendaciones explícitas a este respecto», explica Daniel López-Acuña, ex director de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS, y profesor asociado de la Escuela Andaluza de Salud Publica.
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